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Actuamos por los derechos humanos
en todo el mundo

© VANDERLEI ALMEIDA/AFP/Getty Images

Blog

Gatillo fácil

Naomi Westland, Amnesty International UK, @NaomiWestland,
Los niños entran y salen como flechas de los edificios

anfitriona del mayor espectáculo del mundo

el país con mayor número de homicidios del mundovarones negros jóvenes

la cifra de homicidios a manos de la policía podría aumentar aún más


Disparos como banda sonora

Edificios destartalados reclaman su espacio entre puestos callejeros de bananas, papayas, huevos y camisetas de fútbol de imitación

con un reluciente revólver en la mano o una ametralladora en el regazo

En casi todas las esquinas de esta inmensa favela hay un adolescente sentado en una silla de plástico con un brillante revólver en la mano o una ametralladora en el regazo, “protegiendo” la parcela de su banda.
Naomi Westland, Amnistía Internacional Reino Unido

Un partido con final trágico

Vitor Santiago, de 30 años, lleva viviendo toda la vida en Maré
Todos los lunes y miércoles iba a verla después del trabajo”, dice. “Y los viernes la recogía y la traía aquí [la casa en la que vive con sus padres] para pasar el fin de semana. Siempre andábamos haciendo planes juntos.
Vitor Santiago Borges, 30 años, alcanzado por disparos de soldados el año pasado.

Su equipo, el Flamengo, jugaba esa noche

era carnaval y la noche había sido buena

los soldados abrieron fuego de pronto sin previo aviso
Si la bala hubiera entrado un poco más arriba habría terminado paralizado del cuello para abajo. Iba en el coche y lo único que recuerdo es el sonido de las ventanillas rompiéndose y no saber lo que estaba pasando [...] había un montón de sangre.
Vitor Santiago Borges, 30 años, alcanzado por disparos de soldados el año pasado.
había un montón de sangre

La vida tras los disparos

le habían dado un 7 por ciento de probabilidades de sobrevivirEduardo, de diez años, estaba sentado en la puerta de su casa, jugando con su teléfono móvil, cuando pasó una patrulla de policía y un agente le disparó en la cabeza
Nuestras vidas han cambiado totalmente, pero por lo menos Vitor sigue vivo
Irone, madre de Vitor
Necesito una casa adaptadatendrá que ser otra persona quien lleve a su hija a la playa

No más Vitors ni Eduardos

el derecho a la vidaOjalá pudiera decirse lo mismo de Río, la "ciudad maravillosa" de Brasil

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